Restaurar la biodiversidad - Una historia de esperanza y acción entre la Fundación Jaguar Negro y los agricultores

Los dos ecosistemas de la selva amazónica y la sabana de El Cerrado, en el centro de Brasil, desempeñan un papel crucial en la regulación del clima y en el mantenimiento de la habitabilidad de la Tierra. Además de ser un importante sumidero de carbono, proporcionan el 20% del oxígeno del mundo, filtran el 30% del agua dulce del mundo cada año y proporcionan los ingredientes para el 25% de todos los medicamentos modernos. La vegetación autóctona de El Cerrado sirve de almacén de agua subterránea, manteniendo fértil el suelo de la región y proporcionando un hábitat para miles de especies de aves, plantas e insectos. Su interacción vegetativa-atmosférica apoya los patrones de lluvia sobre el Amazonas, manteniendo su clima tropical. Uno no puede existir sin el otro.

Si se pregunta a cualquier emprendedor social por su razón, probablemente compartirá sus propias conclusiones personales. Para Valks, fue observar el impacto de la deforestación durante sus expediciones para ver al jaguar negro en El Cerrado, allá por 2009. "Lo que antes era un bosque primitivo, se había convertido en un paisaje desolador. Alrededor del 70% se ha deforestado con fines agrícolas, lo que está provocando cada vez más sequías y bajos niveles de agua. Como la calidad del suelo se deteriora con cada cosecha, los agricultores necesitan utilizar cada vez más fertilizantes para mantener sus niveles de producción. Además, dos tercios de Brasil dependen de la energía hidroeléctrica para generar electricidad. La disminución de las reservas de agua es también un riesgo para el suministro energético nacional".

Tras su regreso, Valks se puso en contacto con un equipo de científicos brasileños que habían trabajado en el desarrollo del Corredor de Biodiversidad de Araguaia, una franja de tierra a lo largo de las orillas del río Araguaia, de 2.600 km, que conecta la naturaleza intacta entre la selva amazónica y la sabana de El Cerrado, "sirviendo de arteria vital para miles de especies de árboles y animales que viven en estos dos ecosistemas".

Valks llegó a la conclusión de que podía usar su amplia experiencia en los negocios internacionales como motor para la restauración de todas las áreas degradadas de la zona del Corredor. "Y todo ello durante una sola generación". De la mano de un equipo de profesionales entregados a la tarea, llevo a cabo uno de los mayores proyectos de reforestación de la historia para restaurar la biodiversidad y crear un impacto económico y social positivo.

Junto con su equipo, desarrolló una estrategia a largo plazo para la restauración ecológica de las riberas, buscó patrocinadores internacionales para la financiación y reunió a socios técnicos y a un equipo local para llevar a cabo la reforestación. "Nunca conocí al jaguar negro, pero decidí nombrar nuestra organización en su honor, como símbolo de lo que está en juego".

La selva amazónica se acerca a su punto de inflexión en cuanto a destrucción, con casi un 20% destruido. En Europa y América del Norte se replantan prácticamente todos los bosques. Brasil es uno de los únicos países del mundo que tiene su naturaleza protegida por ley. Hechos que deberían hacer reflexionar a la comunidad internacional, opina Valks. "Desde 1965, el Código Forestal de Brasil obliga a los propietarios a proteger todas las zonas cercanas a las fuentes de agua y a reservar entre el 20% y el 80% de sus tierras para la vegetación autóctona y su restauración. ¿No es increíble? La legislación en Brasil es increíblemente compleja y cambia constantemente. El Código Forestal, sin embargo, siempre se ha mantenido".

Aquí es donde entra en juego la Fundación Jaguar Negro. "La restauración de la vegetación autóctona del terreno es tan cara como compleja y, a causa del incremento de la demanda mundial de proteínas animales y de soja, el cumplimiento del Código Forestal por parte de los agricultores se encuentra amenazado. Hemos asumido la misión de ofrecerles apoyo técnico y financiero para devolver parte de los terrenos cultivables a su estado original y cumplir la legislación. Con ayuda de los agricultores, creemos que podemos realizar esta transformación”.

Conseguir que el primer grupo de agricultores se incorporase no fue tan fácil. "La gente de fuera de Brasil los considera responsables de la destrucción de la selva amazónica. No puedo culparles por no recibir a un extranjero como yo con los brazos abiertos". Un momento crucial fue una entrevista para el National Geographic en 2018. Valks invitó a uno de los primeros agricultores que se unieron al proyecto para que compartiera su perspectiva sobre la situación del Amazonas. "Queríamos mostrar al mundo que los agricultores son actores clave en la restauración de la biodiversidad de Brasil; de hecho, héroes. No Ben Valks ni la Fundación Jaguar Negro. Las cosas empezaron a cambiar después de eso. Los agricultores de Brasil han empezado a darse cuenta de que cumplimos lo que prometemos y nos ven como sus socios a largo plazo".

En colaboración con los agricultores, la Fundación Jaguar Negro se encarga de la ejecución de la reforestación de toda la zona del corredor. Junto con el Instituto de Recursos Mundiales de Brasil, el primer paso en 2018 fue cartografiar toda el área (10,4 millones de hectáreas), identificar a todos sus propietarios (más de 13.000 agricultores) y su uso de la tierra, y determinar qué partes de la zona del Corredor debían ser restauradas ecológicamente. "Esperamos restaurar más de un millón de hectáreas plantando más de 1.700 millones de árboles autóctonos. Será uno de los mayores proyectos de reforestación de Brasil".

"Empezamos la restauración ecológica en el centro del corredor, la zona de transición de la Amazonia y El Cerrado, donde los terratenientes tienen que reservar el 35% de su propiedad para la naturaleza’’. "Muchos agricultores ya han recuperado hasta el 30%. Nosotros les ayudamos a cumplir con el último 5%". Nuestros ingenieros forestales locales investigan las mejores técnicas de restauración de árboles autóctonos y trabajan para identificar qué especies de árboles autóctonos pertenecen a cada parte de El Cerrado. Junto con los propietarios, trabajan en planes de reforestación adaptados a su pedazo de tierra e incorporan modelos sostenibles de silvicultura y agroforestería.

Mientras la mayoría de sus compañeros brasileños trabajan sobre el terreno, Valks y su equipo se ocupan también de la financiación. Una condición primordial para cada nuevo patrocinio es que se compartan los valores y se cumpla la declaración de la misión de la Fundación. "Un desajuste va en detrimento de nuestra credibilidad". Por eso, Valks busca socios, más que patrocinadores. "Personas y organizaciones que ayuden a preservar nuestro entorno para las generaciones futuras".

En 2020, entró en contacto con Rinus Donkers, de De Heus Brasil, que estaba interesado en convertirse en socio patrocinador oficial. Dado que uno de los problemas relacionados con la industria de los piensos para el ganado es el cambio en el uso de la tierra para la producción de materias primas, Valks tuvo dudas al principio. "Pero pronto supe que De Heus comparte los mismos valores que la Fundación Jaguar Negro. Impulsan el desarrollo sostenible, actúan para preservar el planeta para las generaciones futuras, cumplen sus promesas y se comprometen a añadir valor a las comunidades locales”.

Y al igual que la Fundación Jaguar Negro, De Heus colabora con los agricultores en la producción sostenible de alimentos y la recuperación de la biodiversidad. "La demanda mundial de alimentos sigue creciendo. Sugerir que no necesitamos tierra para cultivar sería poco realista. Los agricultores deben producir nuestros alimentos de forma más eficiente en la misma superficie de tierra o en menos y De Heus les ayuda a conseguirlo, ofreciéndoles mejores piensos y conocimientos técnicos. ‘’Podemos ayudar a los clientes en Brasil a hacer que sus tierras vuelvan a su estado original".

En agosto de 2021, Co y Koen de Heus decidieron ampliar el patrocinio original que había con De Heus Brasil y dar un apoyo a largo plazo desde De Heus Global, no sólo en la plantación de árboles, sino en toda la misión de la Fundación Jaguar Negro. Valks quiere que el mundo sepa que el medio ambiente y la agricultura pueden ir juntos de la mano. "Esta asociación puede desempeñar un papel importante para conseguirlo".