Una fuente sorprendente de ingredientes sostenibles

20 diciembre 2021
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3 minutos

Un tercio de todos los alimentos destinados al consumo humano en Sudáfrica nunca se llega a consumir y suelen acabar en los vertederos. Por ley, los alimentos que no se han vendido antes de su fecha de caducidad ya no son aptos para el consumo humano, lo que obliga a las panaderías y supermercados sudafricanos a desechar el pan que ha llegado al final de su vida útil en el punto de venta. En De Heus detectamos una oportunidad única para aprovechar los valiosos nutrientes de este pan y evitar así su desperdicio.

En el pasado, las panaderías regalaban el pan viejo a quien lo quisiese aprovechar. Por ejemplo, los bancos de alimentos recogían el pan para ayudar a personas sin recursos, y también los ganaderos lo utilizaban para alimentar a sus cerdos. "El problema del pan es que empieza a producir moho bastante rápido cuando está envasado en plástico", explica Koos Kooy, Director de De Heus en Sudáfrica. Una gran preocupación para las panaderías era que el pan regalado pudiera suponer un riesgo para la salud de personas y animales.

 

Un nuevo concepto de alimentación circular

En Sudáfrica surgió una interesante oportunidad hace 8 años, cuando Kooy y su equipo recibieron la llamada de un fabricante de levadura que les ofrecía suministrarles de pan caducado. Finalmente, Kooy y su equipo acabaron haciéndose cargo de la instalación de procesamiento de pan, con el objetivo de utilizar el pan sobrante en los piensos y dar una segunda oportunidad a sus nutrientes. En palabras de Kooy: "Para nosotros, es en gran medida un sustituto del maíz. En términos de gelatinización en el proceso de fabricación, el pan incluso ayuda a dar al pienso una mejor estructura".

 

Koos Kooy, Director de De Heus en Sudáfrica.

 

Para profesionalizar el proceso, era necesario automatizarlo. "En la instalación desmigaban el pan a mano. Nosotros aportamos tecnología para desempacar, secar y moler el pan automáticamente", explica Kooy. “Fue todo un reto separar los plásticos del pan y encontrar un proceso de secado eficaz, pero trabajando en equipo lo conseguimos. El pan rallado que se produce ahora puede utilizarse en la alimentación animal como sustituto de los cereales”.

La adquisición de las instalaciones de procesamiento fue el punto de partida de un proyecto mucho más amplio. En la actualidad, De Heus tiene contratos de suministro con los tres principales grupos de panadería del país y recibe pan de 16 panaderías en las regiones de Gauteng, Durban y Ciudad del Cabo.

"De Heus transforma el pan que no nos sirve en un producto con valor añadido en otra cadena de valor, la de la alimentación animal. Es una gran ventaja para nosotros poder contar con un aliado que transforme residuos en productos de forma responsable y segura", asegura Dickey Wheeler, de Premier Foods, una de las panaderías a las que De Heus compra el pan.

Además de dar una nueva vida al pan viejo, De Heus se encarga de separar los envases de plástico del pan y llevarlos a una fábrica de reciclaje. La colaboración entre las panaderías y De Heus supone la asombrosa cifra de 1.600 toneladas de pan al mes que se salvan de acabar en vertederos, lo que contribuye a reducir el impacto medioambiental de los residuos alimentarios.

 

 

Búsqueda de otros subproductos 

Las panaderías ganan ahora dinero con sus residuos de pan, lo que les permite reducir sus costes de producción. Kooy se alegra de que cada vez más industrias se den cuenta de que los subproductos no son solo residuos, sino que representan un valor. "Para liberar el valor de los residuos alimentarios, hay que pensar en cómo procesarlos y convertirlos en un formato que otras industrias puedan utilizar fácilmente. Ayudar a otras industrias a dar valor a sus residuos es un objetivo claro para nosotros".

El éxito de esta experiencia con residuos de pan ha llevado al equipo de Sudáfrica a estudiar el aprovechamiento de otros subproductos y flujos de residuos. De hecho, en la actualidad están evaluando los residuos de la industria de los cítricos. Sudáfrica es el segundo mayor exportador de cítricos del mundo y las fábricas de zumo generan toneladas de subproductos. Estos desechos, como son la pulpa y las cáscaras de los cítricos, ofrecen un gran potencial como ingredientes para piensos que De Heus está estudiando, con el objetivo de utilizar estos subproductos y transformarlos en un ingrediente adecuado para la alimentación animal.

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